No hay mejor tortura que la costumbre,
digo, es fácil tener una rutina
un estilo de vida...
Pero ese estilo cambia, se adapta
mejora o empeora,
al final te lleva a tu destino.
Pero que sucede con la costumbre,
si se vuelve acomodamiento,
si se transforma en un infierno
que aunque creado por mí
no sé hacerlo desaparecer.
En donde entró la maldita costumbre,
esa que se adueño de la creatividad
que se llevo lo inesperado
que robó la paz inerte en el ambiente.
Costumbre...
dueña de mis desgracias,
de mis lunas insensatas,
empoderadas de olvido e insatiscción,
pensadas como derrotas ya contadas.
Costumbres,
que mas que dar vida
son cadena perpetua de la mediocridad
y banas ante cualquier intento de supervivencia.
Costumbres,
que arruinan mundos,
que matan corazones,
que arriesgan a perder,
que ahogan y roban el aire...
Costumbres..
lejanas en la vida
pero la realidad de muchos...
-Joss-