Soñó mi mente loca
que bajaba una estrellita del cielo
y me la ponía en la boca
Un aleluya se desprendía
de aquella alcoba
me hacía comprender
que no existe la pajarera
parecia más bien
una serenata mexicana
lejos muy lejos
de quedar marchita el alma
pues al estar a orilla de un palmar
una multitud de emociones
se desencadenaron en el viaje
por todas direcciones
¡La música de un piano;
se hizo inmortal!
[Versos al compositor Fresnillense M. Ponce con algunos títulos de sus canciones]