Edmundo Onofre

AÚN SOBREVIVO

AÚN SOBREVIVO


Aún, faltándome aire purificado,
de ser acosado por la información,
sobrevivo.
Vivo a medias, pero vivo;
mi cuerpo todavía consciente,
percibe,
experimentando todo tipo de sensaciones...
En medio de la multitud hago pausas
para darme fuerzas y poder avanzar
entre el ramaje tupido de materialismo y poder.
Lúcido aún, critico con vehemencia
los nuevos aires que soplan:
falsas doctrinas, experimentos sociológicos,
tecnocracias inoficiosas,
teorías improvisadas...
Como un Quijote atravieso campos grises
montado sobre mis suelas rotas,
cobijado bajo estropeado paraguas,
luchando contra grises gigantes
que de abstractos se disfrazan,
haciéndose inalcanzables.
Lucho despierto, cuando hace frío,
cuando duermo.
A todo momento me cruzo
con imágenes descomedidas
anunciándose las dueñas de esta jungla.
Y yo, solo, vestido de insignificante
prefiero la lucha solitaria antes que rendirme.
Mis ideales de buen hombre me refrescan
para hacerle frente a estos colosos.

No tengo aliados,
pero sí argumentos,
que anoto uno a uno en burbujas de papel
que algún día serán sopladas
por nuevos vientos.
Y mientras yo, aquí,
solitario en avenidas, plazas, paseos...
solitario en urbes,
los demás fueron envueltos silenciosamente
en gigante nube anestésica de seudo progreso.
Inconscientes están,
sumidos en nuevo sistema,
limitados en su voluntad.
Y yo, aún consciente,
sobrevivo...
no me rindo,
deseoso de cambiar el mundo.