Rosita de Mendoza

A mi niño dorado

Mi niño dorado

cuando tú  me miras
Todas las especulaciones se terminan
Me viene una sobredosis de esperanza
Y todos los sueños son  posibles
en el fondo
de tus ojos claros

Mi niño dorado
Ríe ríe ríe sin parar
porque  los cascabeles
de tu risa son
el combustible de mi andar.

Mi niño dorado vamos a bailar
y al compás de tu música papapa papapa
Invitame a tu mundo de juego percusiones  y mar

Principito feliz con los bolsillos llenos de arena y volando en los brazos de papá
Dame un beso enorme 
y hazme el regalo
de tu libertad