Hermano Francisco que fuiste tan santo,
te pido me abrigues con célico manto
del nuevo poeta con ego sin par;
aquel que pregona sentirse el mesías
del sacro parnaso de luz y armonías
y casi revienta queriendo brillar!
Te ruego de hinojos me des el amparo,
del hombre que dice su verso es un faro
que tiene el encanto del halo triunfal;
si al lobo de Gubia pudiste calmar,
te imploro rendido me puedas librar
de pluma soberbia sin nada especial!
Tu que eres ejemplo de serenidad,
con suaves palabras y dulce bondad
aparta el orgullo del pobre mortal,
que puede matarlo de tanto creer
que nadie podría su numen tener,
y vive soñando que es rey del portal!
Ocupa la Biblia y se dice cristiano,
mas todo su canto será cortesano,
citando palabra con único afán
que todos le crean \"Maestro Genial\";
que Dios lo bendice con aura marcial,
con ramos de olivos, con liras de Pan!
Francisco divino que tienes el dón
de dar las virtudes de amor y perdón,
quisiera me libres de la vanidad
de quien se corona con regio crisol,
creyendo que es dueño del cielo y del sol,
con versos vacíos y sin claridad!
De tantas jactancias, de tantos loores
que solos se ponen los vates sin flores;
Querido Francisco, me das protección?
Las almas lastiman sus rimas de cardos
que tienen las formas de negros petardos
que llegan al pecho quitando emoción!
Ahora las rosas de claro fulgor,
que pueden brindarnos belleza y color
que ofrecen las luces de la sencillez,
están empañadas con bruma altanera
que niega la esencia de bella quimera
con ciertas palabras de gran altivez!
Piadoso, indulgente, tu ayuda demando,
por tanta arrogancia que está cercenando
ansiados deseos de hacer poesía,
y luego me crea mejor que Darío
y pierda cordura con tal desvarío ,
Por esos ejemplos de pedantería!
Asceta sereno que llenas el alma
de bella ternura, de paz y de calma,
suplico que abogues por los vanidosos,
evita que paren en cruel manicomio,
harán con los locos feroz pandemonio
viviendo recluidos por ser veleidosos!
Escucha mi canto Señor de los santos,
te digo mi cuita con penas y llantos,
librame del genio de la presunción,
y dame paciencia que pueda aguantar
las tristes congojas que me hacen pensar
se esfumo del verso su fresca ilusión!!
Autor: Aníbal Rodríguez: