Canto al amor, al amor hecho suspiro
al amor que engendró mi corazón
a la fuerza perenne que me da respiro
a la vida misma que me da sentido
y me ofrece una razón.
Canto al ocaso que es preludio del anochecer
y al amanecer dichoso, que nos llena de alegría
canto por el canto de las aves al atardecer
al viento que me trae aromas en su recorrer
y también me trae recuerdos de mi ayer.
Canto a la mujer que de niño me arrulló,
a aquella bella dama que amorosa se entregó
a la presta hembra brava que no se amilanó
a la niña que con penas el amor decepcionó
y sin embargo en pie de lucha se posó.
Canto al hombre que es íntegro y leal
a aquel hombre que no ceja en su ideal
al varón honrado que valora la pasión real
al niño que soporta las faenas por el pan
y sin chistar y sin llorar lleva lo logrado a su hogar.
Andrés Romo