Como un demonio encarcelado
tan deseoso de destruccion
tan impaciente, tan sediento
de una libertad tan anhelada.
Esperando la oportunidad
con tantas ganas de ver debilidad
quebrar esa barrera
y llenarnos de tormentos y locuras.
Nadando en un mar de sufrimientos
de aquellos que alguna vez
alzaron sus voces al cielo
y no encontraron mas que ecos.
De los que se cansaron de rogar
y hoy solo esperan el final,
aquel desenlace que acabe
con la maldita soledad.