Como el sol, que cada tarde baja
atrevido
de su trono de astro rey
para beber
en la fuente de tus labios
y perderse
en el inmenso mar que nace
en tus ojos…
Mis manos se pierden en el sueño
mágico
de una noche de pasión
y poco a poco
se mueren en la incertidumbre
que nace en el vientre del sur…