Atrapando retales de momentos,
entre sueños de rotas madrugadas,
deshojando una triste margarita,
dejo escrita una vida de palabras.
Enmascaro el dolor con aguardiente,
endulzando la sangre de mis venas,
miro atrás nadie ve lo que alma siente,
canto al viento la sombra de una pena.
El disfraz desgarrando va el ocaso,
con jirones deshace las cadenas,
bajo el sol vuelvo a andar sobre mis pasos,
sobre un suelo marcado por las piedras.
Cuelgo el traje en la puerta del olvido,
miro el cielo me lleno de esperanza,
alzo el vuelo no quiero ser testigo,
me desnudo del tiempo y su balanza.
Andaré con mis pies ya desgastados,
sobre el puente del rizo de tus manos,
cuando llegue el invierno, entre tus dedos,
uniremos los rotos del pasado.
Dolores Egea ( Lolaila)