Quizá ya deba alejarme
y olvidarme de que existes
quitar de mi piel los besos
y las caricias que me diste.
Olvidarme de tu boca
que infundía en mi tu aliento
arrancarme el corazón
extirpar lo que por ti siento.
Tal vez no debí amarte
con tanta pasión y locura
no debí ni acercarme a tí
pues no estaba a tu altura.
Tú siempre me pareciste
tal excelsa e inalcanzable
que pretender enamorarte
fue iluso e irresponsable.
Sin embargo me gustaste
desde un primer momento
que fue imposible en mi
reprimir el sentimiento.
Aquel que me desbordó
y me invadió intensamente
apoderándose de mi alma
de mi corazón y mente.
Yo sé que fue una utopía
una ilusión y un sueño
inentar robar tu corazón
y convertirme en su dueño.
Sin embargo no me arrepiento
de lo mucho o poco que te he dado
tampoco me arrepiento
de haberme enamorado.
Lo que sí mucho lamento
con el alma abatida
el no haberte buscado antes
el llegar tarde a tu vida.
Tal vez sea mi karma
mi castigo, mi condena
el amarte para siempre
el morir por ti de pena.
-. Par