Se pegó tan fuerte mi boca a tu boca Que ya no habrá partidas De noches solitarias, donde de pensar nos perdíamos, nada tenía sentido Se apegaron lo cuerpos y los corazones Se apegaron tan fuerte como las raíces del noble roble Que ha sido cómplice de nuestros amores Se abrazaron tus muslos a mi fuerte espalda. Para no soltarme, apenas dar espacio al próximo embate en tu cuerpo abierto en tu vientre cálido Hasta bendecirme en tu manantial de orgasmos