Recuerdo las noches de cielos estrellados
cuando en el agua del río había estrellas
yo las podía llevar hasta ti en las manos
y tú besabas mis manos y las bebías a ellas
nos perdíamos en el desierto de mi piel
contando lunares mientras me sonreías
haciendo ondas en el agua que en tropel
cantaba la balada de amor que nos unía
han pasado casi diez ya, años desde aquello
y aunque nuestras almas han rodado tanto
Yo te sigo encontrando en el recuerdo bello
y la soledad me sigue causando espanto...
Yo supuse que nuestro amor sería eterno
pero la vida nos juega al contrario a veces
hemos dado vuelta a la hoja del cuaderno
y donde antes eras luz, hoy te ensombreces
Pero esto no es un reclamo, contigo no puedo
y aunque me duela, no te mereces amargura
en desear tu felicidad gasto mi último denuedo
y en desearte dicha, gasto mi última ternura
Yo encontraré alguien nuevo, fue tu profecía
tú seras feliz, porque es nuestro sino humano
pero no te olvides nunca de aquel hermoso día
en que tú te bebías las estrellas de mis manos