Hace tiempo que no te contemplo
ni pisan mis pies la dorada arena,
donde un día de ilusiones plena
levantaba castillos al cielo.
Playas de Nazaret y Las Arenas
que bañáis el litoral valenciano,
¡qué no daría por volver a ellas
y encontrar mi niñez jugando!
Lugar donde por primera vez
se abrieron mis ojos al mundo,
recordarlo hoy por un segundo
son mi esperanza, Fe y orgullo.
Alborozada chiquillería
de un barrio entre trigales
donde pasaban mis días
entre juegos y cantares.
Bello pueblo de mis raíces
donde pasé de niña a mujer,
encontré el amor de mis amores
viendo muchas primaveras florecer.
Hoy todo queda atrás, muy lejano,
y nada ni nadie ha de volver,
mar adentro se marcharon
los castillos que levanté.
Y el viento se llevó los juegos y el barrio,
la alborozada chiquillería y mi querer,
sólo quedan como cuentas de un rosario
los versos escritos en un tibio atardecer.
Fina