desde el cauce infinito
de mis venas, tu nombre corre
hacia mi corazón herido.
cuando pienso en ti, las cosas
cobran vida por si solas,
los dias tienen gracia, las noches no son frias,
y no me siento solo.
te veo gravada en el cielo,
oigo tu voz en los rios, y en el viento,
te siento conmigo, y se que sin importar
que venga, ya nada es malo.
caminas despacio el camino,
que hasta mis brazos llega,
te cubres con el blanco velo
de limpias estrellas, y te encierras entre nubes.