Volvería a romperme en todos los fragmentos que ves ahora.
Volvería a sonreírte mientras tumbas todos mis muros.
Volvería, una y otra vez,
a arrancarme del cuerpo los recuerdos,
de la lengua los “te amo”,
y de los ojos las veces que te vi llorar porque debías partir.
Porque en los veintidós años que he vivido,
jamás un sentimiento rompió con lo que yo era.
Esa, querido, esa fue la única vez que viví.