Siempre hemos sido amantes
de la lluvia, amor.
Como la que hay esta noche.
Hace muchas horas contínuas
que llueve, y tomándonos
de las manos estamos.
Mis ojos se reflejan en los tuyos
y los tuyos en los míos.
Un eterno amor
que Dios permita
nunca muera.
Que tenga eternidad eterna.
No como a veces se promete,
y no se cumple.
Eternidad eterna.
No es redundancia decirlo así.
Acércate más a mi lado.
Déjame apoyar sobre tu regazo.
Déjame sentirme como un niño.
Mi madre no eres.
Ella fue única como tal.
Y tú, eres mi único amor.
El eterno.
Siempre he de amarte.
Tú me has hecho comprender
tantas cosas de la vida
que ignoraba, porque no amaba.
Estaba reacio al amor,
porque no lo sentía
en mi corazón.
Pasaron muchos años
en los cuales solo estuve.
Hasta que te conocí a ti,
y fue como volver a nacer.
Como si recién mis ojos
vieran la belleza
de este mundo.
El estar a tu lado así,
tranquilo, sereno, alegre,
feliz... tanta felicidad siento,
que si el destino me dejara
sin tu amor, no sé qué me pasaría...
Pero vivamos el presente.
Escucha el sonido
del agua caer...
Déjame acariciarte...
Me haces tan feliz...
Hacer el amor contigo
es trasladar mi cuerpo
hacia el infinito.
Sensaciones plenas de gozo
mi cuerpo siente
al poseerte.
Escucha la lluvia.
Ella es un anticipo
de que viviremos
una apasionada noche
de amor, deseo y lujuria.
Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto- 19/09/2012)