Los espíritus de árboles y helechos
Los espíritus de árboles y helechos,
intrínsecos a las fragancias y las aromas
de los susurros y suspiros del bosque,
acarician la fauna y la flora,
compartiendo este gran pulmón,
el santuario de Artemis,
vigilado por robustos soldados
Invasores rayos de sol penetran el silencio
de las tinieblas del bosque,
abriendo heridas de luz,
que alumbran santuarios de encanto,
aún no desfloradas por la mano del hombre
Huellas en la madrugada de los habitantes silvestres,
manchan el vestido de la novia invernal,
un velo de lágrimas cristalinas,
el legado de la natura para los bosques vírgenes,
al llegar diciembre
Desconocimiento prevalece
de un pelígro merodeando,
cual un fantasma invisible,
sigilosamente en una atmósfera
de nubes onerosas se desliza ,
un veneno atrapado dentro de contaminantes omníveros,
atacando indiscriminadamente su presa
¿Somos nosotros los culpables?
Que permiten que nos amordazan
por la astucia de la avaricia y la indiferencia de ellos,
endulzando sus soliloquios con promesas vagas,
para apaciguar un público crédulo
El cuadro de pincel propio