Caramelo de Ricina

Menta y tabaco

Si nunca vamos a ser,

tropecemos. 

Si nunca vas a amarme,

tratame como a tus cigarrillos:

encendeme, fumame y pisame.

 

Con tu cintura salida de un torno alfarero,

te hacés casi musa en lo que queda de mí. 

Con tu cabello de nebulosa y su brillo mortífero, 

colocás la pieza que faltaba 

en este puzzle,

en este rompehuesos. 

 

Por favor, 

con esa lengua intrusa,

que apunta al Norte entre mis piernas,

ensalivá mi vida caótica 

para que no me duela tanto

cuando

entres 

salgas.