Porfirio Tárrega

Frustración de un retrato

Fija y cautivadora, quieta a perpetuidad. No existen las palabras correctas, no existen. Ni existen palabras suficientes, ni vocabulario tan amplio que sea merecedor de tu imagen.

 

¿Como puede ser que simple luz percibida por los ojos, sea capaz de transmitir de manera tan trascendental tu belleza sin igual?

 

A ti he dedicado multitud de palabras y realmente es muy serio para mi aseverar que he puesto trozos enormes de mi corazón en cada una de ellas. Más ahora, después de ver esta impresión tuya, se vuelve frustración todo lo que en forma de pensamientos quise expresar para ti.

 

Pero no puedo más que seguir escribiendo más y más. Aunque no veo el momento en que pudiese remotamente volverse todo esto apropiado y si no apropiado, digno del encanto que se desprende de tu retrato cada vez que se le mira.

 

Podría ocultarlo o no voltear a verlo pero mi corazón no es tonto y sabe que todo esto es cierto, sabe que no hay remedio, sabe que seguirá caminando entre letras que jamás estarán a la altura de tu beldad incomparable.