Ariello

El verbo

 

 

Es el verbo la acción de la palabra

que armoniza el erial de mi jolgorio,

en un verso el dolor se descalabra,

una gota de llanto bien se labra

y se funde en el mismo purgatorio.

 

De pulirla muy bien me vanaglorio

al hallar flüidez entre la bruma,

con la vista apuntando a un sanatorio

en un vívido aliento transitorio

me sumerjo y doy vueltas a mi pluma.

 

Y me fluye silente como espuma

una idea tras otra entre la mente,

en el folio que ansioso suma y suma

una idea, aunque absurda, no se esfuma,

eludirla de plano no es prudente.

 

Si se logra un joyel que es bien frecuente

se le da redondez a la estructura,

se le inyecta el vocablo pertinente,

se acicala después y fácilmente

ya verán cómo cambia su figura.