Hay ciudades cuyos habitantes viven entre murallas,
sus pobladóres han sobrevivido epidemias y guerras,
tú como brava superviviente, en tu alma encierras,
el arma poderosa de tu alma, fuerte como cota de mallas.
Hay algo en nuestro interior,
que sin exhibir temible fuerza,
impide que nadie la fe tuerza,
de conquistar la vida con amor.
El lince milenario,
el ave del paraíso,
y el feliz delfín.
Todos viven en mi ideario,
cuando el creador quiso,
creó el universo sin fin