Hago honor a este día que siempre será el último,
camino para detenerme más adelante,
enfermo, sin movimiento como las piedras,
las arrojaré y la ausencia esconderá mi mano
en esta urna de memorias,
los años han sido el verdugo de paraderos mortales,
pero es la muerte quien nos libra de la muerte
siempre musa en el imperio de la fe,
amamantada en los senos de los abismos
donde la caída es desengaño desenredando dilogías.
Asomado a la oscuridad sin ojos
yace el mundo en cuencas ya destruido.
Expósito sobre herrumbre de retratos
dejo la tierra sobre la misma tierra.
En otra orilla recordaran mis pasos,
tengo que salir de esta vida como salir de una vestimenta,
aliviado de las heridas que procuro el despojo,
arrebatado de todo búscame dondequiera
para nunca mas hallarme,
se apagó la vida como se apaga el día.