La ventisca nos susurra
trae la canta del tiempo
intangible procura arrear las velas
Teñidas de luz
agotadas embarcaciones se dan a la caricia
soñolientas imponen armonías
Por el amor a la deriva
un borracho alza su copa
deambulante hiere al faro solitario
Los poetas se dan a la faena
humedecen sus naufragios
Esta noche trenzan su palabra
miradas que van al confín
la congoja detiene alegrías
hilvanan esperanzas
tejen futuros
silente rueda la gota de lágrima