La ironía me hizo un extraño
cuando tomé de tus caderas
la primera curva.
Volcó la razón con dos vueltas
de campana sobre el asfalto
de tus ojos.
Cuando la pasión se detuvo,
a duras penas pude salir del
amasijo de locura que me
envolvía.
Confundido en medio de la noche
Llamé a mi sensatez para que me
atendiera y me llevara a casa.
¡Fíjate lo que ha causado el
brevaje de tu mirada!