Ela Andra

Observo y no me gusta

No me gusta. Que me veas comer, oler, hablar. No me intimidas o asustas, simplemente no me gusta. Nunca fui fan de que las personas me observaran, me siento juzgada y a veces se forma un nudo en todo mi cuerpo y no puedo pensar. En tan solo pensar que estas aquí, que quizás me estés mirando esperando a mi próximo movimiento. Mi próxima lágrima. Como te conozco, como finges conocerme, se que estás atento a cada una de mis acciones. Estas viendo como muevo mis ojos observando a las personas enamoradas, enojadas e infelices. Estoy segura que los envidias, envidias a todos menos a los enamorados. Nunca te gustó el hecho de amor, no te gustó cuando ella te dijo las cosas que amaba y te mencionó en esa lista. Te entiendo, a mi tampoco me gusta que me mencionen. Es una de las muchas razones por las cuales nos odiamos, o fingimos odiarnos. Ya que lo pienso fingimos mucho, haciendo las mismas conversaciones desde que fuimos vecinos en esas llamas. ¡Ay! Que dolor aquellas llamas, que dolor pensarlas y sentirlas. A ti te gustaban, te hacían acordar de donde vienes, o venías. Se lo que estás haciendo, me distraes, te metes en mi cabeza como cualquier pensamiento pasajero. Te sumerges para que olvide lo que estás haciendo, hacerme olvidar de que me estas observando. Aunque (nunca uso esta palabra) tal vez, solo tal vez todos los que están conmigo, y los que no, te estamos observando también. Así de una vez, saber que vas a hacer. Con que movimiento inalcanzable nos vas a atacar, en especial a mí.