Ayúdame a construir
Con tu nombre una poesía,
De esas imperdibles,
Que sea frágil
Como sos,
Tierna como quieres.
Capaz de dejar una huella
Por siempre en mis letras;
En los renglones aún no escritos.
Ayúdame a construir
Con tus ojos una ciudad
De esas inolvidables;
Llenas de luces y ríos
Puentes y horizontes;
Donde las sombras se hacen luz
Los soles no se esconden.
Ayúdame a construir
Con tus labios un paisaje
Donde en las montañas
El musgo se hace carne,
Las cascadas son flores.
Si, ayúdame,
A construir, no te detengas
Un país con tu pasado,
En el cual no habite el dolor
Las lágrimas se vuelvan águilas
Los pecados sean Dioses.
Ayúdame a construir
Con tus ojos una religión
Sin hipócritas excusas;
Podría bastarme una mirada
Para dejar de ser juzgado.
Ayúdame, a destruir,
Con tu alma una cirrosis
Que me carcome la sangre,
Me desmorona los huesos
Me engrude los temores.
Ayúdame con tu presente
A renacer,
A sentirme letra, tinta y renglón
De una poesía escrita
En el corazón de alguien.