El camino se abre a mis pasos. Sereno, soleado, fresco (a pesar de ser verano)
Concentrado en mis pensamientos me adentro en él.
El cielo es de un azul intenso.
La brisa peina paciente los naranjales.
Cierro mis ojos y respiro profundo, queriendo retener todo el aire en mis pulmones.
Recuerdos lejanos cabalgan mi memoria.
Confieso que hay momentos en que la luz que ilumina mi horizonte se hace pequeña, insignificante, dejándome en la más pura incertidumbre. No tengo razón para quejarme. Todo ha ido bien, a su ritmo, pero la tentación de tenerlo todo bajo control es fuerte (pobre iluso. No se puede tener todo bajo control)
Confiar, fluir, dos palabras que me vienen espontáneas a mi mente. Fáciles de pronunciar, difíciles de cumplir, de realizar.
Sigo mis pasos por aquel camino. Envuélveme un olor a azahar, a fresco, a tierra, a agua..... Hombre y natura en una fusión perfecta.
Confiar y fluir.....repito una y mil veces. Difícil tarea, mas no cuesta nada. Lo intentaré.
Confiar y fluir...... confiar y fluir.....