A Flor.
Esta noche voy a trenzar
los hilos de la fortuna,
cuando te vaya a robar
una Flor para mi altar
y un crespón para la luna.
Cruzaré por la ventana
que se asoma a tu balcón,
y cuando estés muy cercana
con la fragante mañana
hurtaré tu corazón.
Y me iré por el camino
como un loco de contento,
porque tu amor peregrino
fuera presa del destino
como es la brizna del viento.
Tu rostro de terciopelo
contaba catorce abriles,
y era el azul de mi cielo
en el idílico vuelo
de mis años juveniles.
Aquellos enormes ojos
¿Cuántas veces me miraron?
Para saciar mis antojos
tus labios pasión de rojos
¿Cuántas veces me besaron?
Pero la tarde agoniza
llevando a cuesta su cruz,
si en la penumbra ceniza
este amor que nos hechiza
deja un manojo de luz.
Franklin Joel Blanco Aparicio.
Villa de Todos los Santos de Calabozo.
Venezuela; noviembre de 2017.