Desde el recuerdo de esa lluvia
en que llovimos juntos,
puedo tocar y oler tu esencia
-orquídea sin brillos del dolor nacida-
que en propio altar, hiciste propio
el sacrificio de tu vida
sin que hubiese para ella sepultura.
Va atardeciendo
y el farol ya está encendido en el silencio
y el caburé ya ulula y su mito es lapso
que renueva esperanzas y que incluyo
en ti, para dar fe de que la redención obrada
por esa inmolación ya ha llegado
y lo dolido tiene tumba, y tu vida… ¡vida!
De mi libro “De trazos del borrador”. 2017 ISBN 978-987-4004-51-2