El sol también dormitaba
me sorprendió la mañana
con un sabor a ázucar
de caña, una miel extraña
el milagro ocurrió durante
un encuentro de estrellas
fugaces y de luciérnagas
extraviadas, dos sonrisas
cómplices, dos fugaces asteróides
después todo volvió a ser
como era, cada estrella
con su galaxia, a su suerte
yo jugué loco de mi, fuerte
pero me tocó la vida
y se aplazó la muerte.
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