Desde este otoño dorado,
de amarillos que se cuelan por los ojos,
rebosantes de ocres, rojizos y marrones;
amarillos intensos como soles
luciendo fundidos con el azul interminable de los cielos,
caricias de hojas de ginkgo cayendo
fósil vivo, hechizánte.
Luz que no cesa sobre sus ramas extendidas
van desnudando su luminoso resplandor
desde el amarillo limpio de sus hojas planas
Fina lluvia de abanicos de paz
portadoras de esperanza.
Hojas de ginkgo biloba.
26-11-2017