Ventisca, lluvia, caos y tormenta,
silencio, sombra, furia, mustio sino;
pincelan, cosen, tiznan el camino,
haciendo del destino, muerte lenta.
Conforta, vela, ampara y apacienta
las notas celestiales, con su trino;
que arrullan el pesar y desatino:
alivio désta herida purulenta.
Matices tras un lienzo, tan distante:
perenne, vago, siempre tan perfecto:
superfluo encanto, majo desperfecto.
Me sigo preguntando, a cada instante…
Del mundo de cristal, un insurrecto,
¿Encontrará lugar su semejante?
Dlanor