Prefería cien mil millones de veces decir que lo necesitaba que lo amaba en su cara las cien mil veces que fueran necesarias, quería deshacerme de la culpa de haberlo amado como no se debe amar a los desconocidos, de encariñarse como uno debe hacerlo de los enemigos: a final de cuentas con el paso de los años no estaría llena de palabras de amor sin decir, de incógnitas y de esas cosas que matan a a gente en silencio, ni con las ganas en pausa. A final de cuentas sabia que en sus ultimas horas de camino hacia la muerte irónicamente lo ultimo que le temería seria a la muerte, en su ultimo suspiro recordaría aquella niña que lo amo con todo el corazón como no se deben amar a las persona como el, en su ultimo suspiro morirá con la culpa que me desise hace años y herede a el, a pesar de todo aun llevaría su mimas culpa de no decir te necesito, morirá con las palabras de amor y de odio calladas atrapadas en el cuello, los silencios serán su tortura en su ultiman agonía, no temería a la muerte cuando venga por el de la mano, si no de no decir las palabras correctas en la noche incorrecta. Para los amantes no hay hora ni momento, siempre estuvo tu rincón apartado a pesar de que tomaste el orgullo como opción en esta vida tan corta, a pesar de que el otro era mi verdadero amor. (...)