Al peregrinar
las nubes se hacen sutiles
las aves alardean lontananzas
Tupidas arboledas agitan sus parpadeos
como huellas misteriosas del tiempo
La hojarasca
marca esqueléticas manifestaciones de que hubo vida
Tallados maderos
abandonados
sin rumbo
realzan las mareas
como siluetas bajo clandestinas constelaciones
Repletas de cicatrices
las orillas aguardan los placeres de la sombra
habla el último aletear
Sólo la huída del sol
abrumadora deja su aliento extraviado
Al hartazgo del llameante acontecer
un tropel de mariposas rompe el silencio
reina la quietud