Y allí sentada esperó
en medio del silencio
callada, sola, permaneció
corazón que no siente
ya no puede querer
alma rota en mil pedazos
por el amor que se fue.
Lágrimas saladas
de desilusión impregnadas
se evaporan en el frio de la mañana,
manos frías, heladas, aferradas
a un recuerdo que nunca olvidó
los dos juntos en aquel banco
donde por siempre se prometieron amor…