Es el invierno que ata
Es la falta de calor que atrapa
O son las obsesiones mas cálidas
Que en ignoto se han de saber
Porque se aferra el mas duro barro
Y se condensa el mas temible frío
Y se debate en la sonrisa un tiritar
Son las obsesiones que se deleita
En un manjar de sabroso cocktail
Las tentaciones del placer
Y el pecado mortífero de olfatear la carne
Y son las obsesiones las que adormece con fríos
Cuando no se logra el sueño audaz
De palpar con bríos unas manos
Y una pasión sin llanto
Es el camino que cruza por la estrecha acera
Cuando no finges aquí un incierto mar
Que refleja un sonido y un grito a voces extrañas
Y son las obsesiones que no se esconden
De todo un mar abierto
Donde es como el imán adherido a la corteza
Donde se encrudece el mas débil
Y como vil siniestro queda atemorizado
Y de espantos nocturnos se congela un corazón…