Mis ojos descansan en certezas de vida
y mi piel descubre lo que brota y nace
en brillos y sombras de un mañana incierto.
Las pupilas buscan plácido acomodo
en estas penumbras, enigmas frecuentes,
del espacio vital que me circunda.
¿Qué prisas se mueven? Corazones que laten.
Labios que a veces ríen, ojos que a veces lloran.
Y nostalgias y designios del escondite perdido.
De mi libro “De cumbres y de abismos”. 2007 ISBN 978-987-9415-23-8