Santiago Miranda

Contienes un mar adentro

 

A Paloma

Cómo en tu vientre los peces empecinados
En su juego innato de hac/ser pájaros nuevos
Una parte relegada de mi ego allí también
Se hunde
En la hondura de tus mares bellos y plenos
Cavidades nocturnas -extendidas- ya sin miedo
Que de allí perderme es seguro
Y en ti reencontrarme bajo el brillo
De una fugaz fricción de espuma
De tu destello de luna, sacerdotisa y guardiana
Del secreto de idas y venidas, en lo mismo
Un motivo recurrente, que solicita con urgencia
Su estudio eterno -ya ello sabrá sus motivos-
(La vida dada en movimientos similares jamás idénticos)
Cómo el mío, circular tu figura desde tu orilla
Motivo interminable y trascendente
Un entrar de golpe y dejarme atrás y afuera