Que ironías que tiene la vida
cuantas cartas de amor quise escribirte
más nunca pude hacerlo,
sin embargo hoy te dejo,
una carta de despedida.
Y no me voy porque no te ame
sino porque no puedes amarme
por más que te esfuerces
no puedes darme
todo lo que necesito,
ya sea mucho o sea poquito
nada puedes entregarme.
No te culpo a tí de nada
pues tu nada prometiste
se muy bien que me quisiste
de forma desinteresada
más mi alma que penaba
con vacíos existenciales
recibió tu cariño a raudales
y de a poco se ilusionaba.
Culpable yo que lentamente
de tí me fui enamorando
y por dentro ilusionando
con que lo nuestro funcionara
sin medir las consecuencias
sin importar lo que pasara.
Culpable yo que soñé
y que volé demasiado alto
que pretendí contigo escalar las montañas más altas
o cruzar los desiertos áridos
a sabiendas que tu no podrías seguirme
no porque no quisieras
simplemente no podías.
Te dejo esta carta
porque no puedo despedirme de frente
porque no puedo reprimir
lo que mi alma por tí siente
leela cuando puedas
cuando estés lista o cuando quieras
pero ten bien presente
que esta partida me mata
te dejo una lágrima de epílogo
y mi corazón como posdata.
-. Par