Por tu voz y tu beso confortado,
en el auricular, enmudecido,
resuenan las palabras que en mi oído
música escriben en papel pautado.
Hacen al corazón pentagramado,
ponen en cada línea un sentido
y en cada espacio en blanco, detenido,
hacen de mí un compás acompasado.
Calderón prolongado; te interpreto
conforme en mi interior te sigo oyendo:
como si sinfonía inacabada
como el pausado tempo del larghetto
que sientes tú también, y estás sintiendo
por mi voz y mi beso confortada.
Deogracias González