A veces yo suspiro en los misterios que en la noche
me invaden como hojas de otoño partiendo
tras sus brisas.
Es como llegar tarde al mundo de poemas, con letras
que parecen fantasmas, con una luna anciana y estrellas
que se quedaron dormidas.
Los sueños de papel se han ido, o a lo mejor están en el pasado
y nuevos aires soplan en decires dejándome varado en un mar
sin resplandores.
Me aferro entonces al índigo color que marcó mi ser,
junto al rojo del amor y esos latires del corazón, abierto
al sol para que miren.
Lejos de arcanos, sin mirar lo que bulle en derredor
me adentro en impulsos entrañables y mirando lejos
tomo la pluma y escribo… ¡como sé!
Y vuelven los besos cual palomas y la luna retoma su color
cereza, de cerezas tan maduras que me permiten creer que soy
lo que escribo… en este tiempo o en aquel…
De mi libro “De trazos del borrador”. 2017 ISBN 978-987-4004-51-2