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FÁBULAS DUENDEADAS

Duendes cantarines y parlanchines,
asoman brincando por una rendija,
aparecen saliendo desde su caverna.
Se desperezan del necesario reposo,
conseguido en la cavidad de su gruta.

En su salir son salpicados,
despertados por azul y blanca espuma,
por la fuerza del cristal de agua,
de voraz espuma y refrescante bravura.

Diminutos seres brincan de seta en seta,
aupándose con los brazos en sus saltos,
para poder alcanzar los frágiles lomos,
del gusano alado, vestido de terciopelo.


La puerta de un arco iris pringado de colores,
levanta y desayuna con elfos, hadas y ondinas;
al pasar estos entre sus piernas, se mimetizan,
en cobre, carbón, granito, pizarra o basalto;
en los reflejos del lago, en la energía luminosa,
en el musgo, la hierba, la araña, la oruga,
la hormiga, el oso, el ciervo, las abejas y los peces,
con la tierra húmeda, mojada, fértil, fecunda;
en este bosque, con cada una de sus maravillas.

Alborotadas las ninfas, los gnomos y las sirenas,
con divertimento se prestan carcajadas y cosquillas.
Trepan por las lianas, suben ágiles por raíces aéreas,
pisan la cresta imponente, majestuosa, de la cascada;
y en lo alto, sin pensarlo, como por tobogán se lanzan.


En su desnudar usaban de perchas
para sus zapatos y diminutos ropajes,
las orejas de caracoles e insectos,
mientras estos envian correos desternillanteses,
invitando al sol, a las nubes,
a celebrar con jolgorio cada instante.
Celebraban sus cumpledías,
diciendose nunca ni un año harían.

Hojas de eucaliptus les sirven de toallas,
una mantis sierra los amarillos limones,
ellos los unen a los pétalos de mil y una flor
consiguen navegar exentos de complicaciones.

Un cienpiés, sirve sin detenerse las copas,
su coctelera es una hueca y vacia bellota;
cerezas salvajes, manzanas lustrosas,
fresas, mangos, piñas, naranjas melones y sandías,
mezcla sabrosos brebajes, como fuente armoniosa.


Relatan estos duendes,
sobre las suertes del mundo
dirigido por los hombres;
contando con la perspectiva,
de la más clásica sabiduría,
remezclada con la innovación
de este mundo suyo,
fulgurante, de fantasía.

Cuentan....que aunque los años pasen
no se tiene que perder la esperanza,
ni la ilusion, ni la alegria, ni la fantasía,
que los mundos utópicos sólo son tales
cuando el desencanto más profundo,
bloquea hasta el punto de paralizarnos
no permitiendo dar un paso ni respirar.
 


Cuentan....que las arrugas aparecen grabando,
estriando profundamente nuestro rostro,
en las desdichas de la desconfianza,
de los odios, del recelo, de lo amargo,
del devenir negativo en el que nos anclamos.
Sobre esto, cuentan los duendes en sus bosques,
a los árboles, a los pájaros, a las rocas y a las flores.

 

Dicen, que unos andan aturdidos
por guardar para si mismos
las vergüenzas, que sin ser tales,
creen tener que esconder,
salvaguardando a la identidad oculta,
densa y espesa, aún ni encontrada.
Subyugados a obsoletos criterios,
por otros establececidas, muriendo,
en vida sonámbula, siendo zombies.


 


 


Cuentan, que los encadenados
a rumores murmurados por otros,
no disciernen lo elemental,
aturdidos por falsas promesas;
que crecemos pagando deudas
no siendo nuestras, siendo de otros.

Recitan, que damos vueltas
a ficciones estipuladas antaño,
buscando perder al ocaso
hacedor de este exterminio
y ciegos e inconscientes
nos lanzamos, nos zambullimos
en el negro pozo, sometiendonos.

 

Cuentan...esos enigmáticos seres
que los humanos solo abarcamos
los colores básicos; y los matices
los dejamos de un revés aún por ver...
que nos condecoramos siendo esclavos
de las desilusiones y que perdimos la fé...
que siempre acabamos talando
los más bellos y viejos árboles,
sin advertir la línea de maestría
esa indicación evidente de caminos, 
de señalados encantados senderos.
Narran sobre una manera de hacer.


Dicen contando....
que en lo rematadamente loco
se suele encontrar a la razón....
que las miradas sinceras
resurgen toda creación,
que lo nuevo es más que viejo...
sale del baul de los recuerdos
pero estériles e incapaces,
hay recuerdos nos convierten en tuertos.


Cuentan diciendo....
que la alborada de los tiempos
esta en constante transhumancia,
pero somos perpetuamente
los mismos animales,
con diferentes pieles,
los mismos paseantes,
las mismas gentes.