Es evidente;
que tuve acceso a tu piel como ningun otro
fui un peregrino infaltable
a las rituales de tus templos
donde en una liturgia no caduca
se veneraba al santo:\"de la magnificente existencia\".
Multipliqué las caricias en tus campos
sin ser Jesús con panes y peces
sin memorizar a las tablas
vertí en tu ser lluvias constantes
sin remanente alguno en cada uno de los actos.
Hoy el destino
viró el mapa de este peregrino
pero fija un axioma
a través de un soplo de vida.