Aún estoy vivo
El florero sin flores ya no existe
una lápida en mármol está rota,
sólo en una pared hay una nota
donde dice: cadáver qué te hiciste.
La hediondez de la tumba que está triste
por allá en sus entrañas ya no flota,
el hedor pestilente lo alborota
esa acción gusanesca que aún persiste.
Se robaron el muerto ¡Sacrilegio!
van a hacer, con el mismo, hechicería
o lo van a vender para el colegio,
y una mano en el hombro yo percibo
al mirar que la caja está vacía,
me enterraron ayer, aún estoy vivo.