Siento el latir de su corazón
Creo volcar todo afán
En un vaivén sin razón,
¡Pienso ser su Leviatán!
Cae la noche y con ella, el sopor.
No siento mis ojos
Pero siento su calor
Busco entre sombras
Y nos encontramos con temor.
Como demonio hambriento
Trato de despojarle la vida
Cercenando sin dolor su aliento,
Deviene después la confusión.
Cae la noche y con ella, el sopor.
¡A caso hemos muerto!
O sólo es un intento,
De no ser cierto busco un instante
Para seguir en su aposento
Déjame vivir
Aunque en muerte deje de existir
Sólo sus palabras me dirán el porvenir
Y felizmente podré sucumbir,
Como bestia herida en batalla
Sin dejar rastros de mi existencia
Para sólo vivir en la eterna noche
Y el sopor.