Carlos Justino Caballero

LA PERFECTA COMPAÑÍA

 

Es tu insondable soledad tan sola

y tu silencio tan extenso, San Clemente.

Sólo a veces lo rompen las palomas cuando vuelan,

los galopes cortos de caballos que retozan

o los teros en su histérico alboroto.

También bondadoso me acompaña

en forma imperceptible, sigilosa y queda,

el porfiado rumor de agua del cercano río

o el viento tenaz entre los árboles.

Hay calandrias y zorzales renegridos

con sus juegos, más allá del alambrado...

Y hay perfumes a hierbas de los campos

que resisten estoicas el invierno.

 

Pero... cómo ansío la perfecta compañía...

Y no porque en mi soledad no aprecie

el encanto de tu sierra y sus presentes.

Es que me sale obstinado desde adentro

este impulso generoso y exultante

de compartir del alma, lo que vive y lo que siente.

Pausadamente crecen, en el tiempo indefinido,

urgencias cotidianas de voces, de abrazos y miradas

que necesitan mis agobios y mis penas.

 

 

De mi libro “Soles y de escarchas“. 2004  ISBN 987-9415-17-5