Para ti que has sufrido la tortuosa locura,
de abandonar mi cariño por una aventura.
Pasas ligera, sin mirar atrás lo que dejas,
sin mirar atrás, porque te düelen las quejas.
Porque mañana te podrán pintar diferente,
mas no borrarán el beso que dejé en tu frente.
Y ha de pronunciar algún sollozo tu nombre,
murmurado alguna vez, por labios de otro hombre.
Te verás cual rosa marchitada por los años,
al ver que en nosotros hubo, un amor de extraños.
Y sufrirás en silencio el amor olvidado,
y recordarás los besos que se te han negado.
Y pasará tu vida en lejana cercanía,
donde recordarás la noche en que fuiste mía,
pero otra boca será la que acaricie tu piel,
y un recuerdo, llegará a tu mente, para serle infiel,
y ese recuerdo sonará, cual eco en tu mente
y gritará mi nombre, estando aún él presente,
y aprisionará en su pecho tu desnudo cuerpo,
como se aprisiona una rosa, nacida del huerto.
Y llegará hasta ti el perfume de aquella noche,
al deshojar tu cabellera con aquel broche,
y recordarás el verdor aquél del verano,
cuando tu piel desnuda, la acarició mi mano.
Y en esa noche donde transcurrieron los años,
una lágrima te llevará el amor de antaño.
Pero ahí en el lecho de tu esperada muerte,
otra mano y otros labios… habrán de despedirte.