Como quisiera
la primavera de tu sonrisa
que me alumbraba
cuando asomaba tras de la puerta
cuando llegaba.
Como deseo
esos paseos con vos tomada
por la cintura.
Y la aventura de ser tu dueño.
Y tu ternura…
Qué no daría
por otro día, por otra hora,
por un momento,
sentir tu aliento junto a mi boca
tu movimiento…
Y te recuerdo,
y ya me pierdo en tu flequillito,
tu blanca piel,
y en el pincel de tus dos pestañas
ojos de miel.
Como te extraño.
Ya van tres años pero no puedo
no recordarte
ni resignarte. Porque no puedo
dejar de amarte.
No he de besarte
ni acariciarte. No he de tenerte
ni contenerte
ni sostenerte. Cómo quisiera
cambiar la suerte.
Pero la muerte es inapelable.
Mielcita fuerte.
Mi inolvidable.