hay cosas simples
como una flor pequeña
que están a nuestros pies
y jamás las miramos.
Hay cosas tan simples
como una voz
que nos llama con amor
y que nunca escuchamos.
Hay un cielo oblicuo
plagado de discursos amorosos
que unas veces dicen sí
y otras no.
El cielo debería ser de otro modo
con distinta geometría
a la que yo contengo
con demasiados puntos egocéntricos
solo poesía
entrelazada a los latidos que me faltan
del resto de la gente.
Carlos