Leas primeras palabras en mis versos,
seré para ti presente en la medida
que lo recuerdes, tal vez ensayes huida,
desparramando mis vocablos dispersos.
Mi tiempo se cuelga del segundero
en la esfera del reloj. ¿Qué obtengo
mostrándote el coraje que no tengo?
llamar al portón de Pedro yo primero.
No puede dejar el tiempo dormido
ni que me esperes siempre en el nido,
pues eres belleza de todo creado.
No hay razón para estar en las vigilias
de mis brazos, donde en amor te exilias
en nuestro lejano tiempo enamorado.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
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Busqué bien adentro de mi corazón y encontré una cosa que me sorprendió; tu sonrisa elegante…